El consumo de aceite de oliva proporciona al organismo una buena capacidad de digestión. ¿Por qué decimos esto? En base a los efectos beneficiosos que tienen sobre las secreciones digestivas (gástrica, pancreática y biliar) al ejercer un efecto directo sobre el páncreas y el hígado.
La Asociación Americana del Corazón afirma en un estudio el beneficio para la salud de personas obesas del consumo de aceite de oliva una vez a la semana. Y es que los beneficios de este ingrediente clave de la dieta mediterránea ayudaría a reducir la coagulación evitando el bloqueo del flujo sanguíneo.
¿Cómo? Bien en el desayuno en tostadas. Bien tomando el aceite de oliva como aliño en verduras, carnes, pescados, o ensaladas. Bien como complemento en las comidas para compartir en un plato con pan. Sea de la manera que sea, un consumo moderado y constante es más que beneficioso para la salud, y en el último estudio, añaden más beneficios.